sábado, 16 de octubre de 2010

MAGDALENA Y LOS MILITARES

¿Te acordás Magdalena?
Por Dante López Foresi (el "Bepi")
(Diario EL VIGÍA) - Marzo de 1978. Quien escribe estas líneas tenía 14 años. El 14 de Junio cumplirá 15. Las puertas de este oficio maravilloso se abren por primera vez.

El noticiero televisivo más visto era el de Canal 11. Aún no se llamaba Telefé. Era el Canal de "Leoncio" ¿te acordás Magdalena?

El Gerente de Noticias era Mario Gavilán, quien años más tarde crearía los éxitos de Crónica TV y América 2, entre otros. Imposible caer en mejores manos para aprender el oficio.

Pero no había "cupos" para "contratar al pibe". Los compañeros del noticiero hacían una "vaquita" todos los meses para pagarle al "bepi", como lo llamaba el queridísimo Oso Martínez.

"¿Y cuál es mi función? ¿De qué trabajo?", le preguntó el "bepi" al gerente. Gavilán se movió en su sillón y aspiró ese tic tan característico que tenía, que lo hacía parecer un boxeador: "Sos aspirante a redacción y ayudante de camarógrafo de exteriores".

El "bepi" se fue orgulloso. Se hizo la primera reunión de producción del primer día de trabajo del "bepi". Participaban todos. Cronistas, conductores, camarógrafos, columnistas (Bernardo Neustadt y...Magdalena)..y el bepi. Sentadito al lado de Gavilán, con su bolsito con el guardapolvos y las carpetas del "cole" en la falda.

"¿¿500 pesos un huevo de Pascuas??", preguntó el "bepi" al ver la tapa del diario ¿¿Qué dijo pibe??- preguntó Gavilán con su voz estridente. El "bepi" se estremeció. El sudor frío no sólo se sentía, sino que se veía. Todos dejaron de repasar los diarios para mirar la situación: "Nada...que me parece muy caro para una familia un Huevo de Pascuas por 500 pesos", dijo el "bepi" con voz casi inaudible por el espanto.

"Olga (por Olga O`Farrell), andá con Paloma (camarógrafo "Paloma" Gonella) a esa panadería a hacer la nota...ah...llevate al pibe", ordenó Gavilán.

Me sentí en la gloria. Mi primera "propuesta" se había convertido en una de las notas del Noticiero del mediodía. Al regresar a la redacción del subsuelo del canal en Pavón 2444 tuve mi segunda misión. Debía ordenar los papeles y la grilla de noticias para conductores, productores, asistentes de piso y...columnistas ¿Te acordás Magdalena?

No había ni siquiera fax. Ni se conocía la palabra Internet. Todo a mano y pulmón. El "bepi" estaba feliz. La orden fue clara: 5 minutos antes de entrar al estudio, todos debían tener su libreto con grilla en sus manos. Y el responsable era...el "bepi".

Había que buscarlos. Neustadt llegaba sobre la hora de su programa en Radio Belgrano. El pibe le entregó los papeles en mano. Ya se los había entregado a todos ¿Y Magdalena? El pibe, desesperado, venció su temor reverencial y encaró al Gerente Mario Gavilán: "Perdón señor..pero no encuentro a Magdalena".

"Ah..si..me olvidé de decirte. Ella llega sobre la hora. Lleváselos al primer piso subiendo por la escalerita que está al lado de maquillaje...¡¡Andá que faltan 3 minutos !!", bramó Gavilán.

Al pibe no se le veían las piernas. Subió los dos pisos desde el segundo subsuelo y corrió hacia la zona de maquillaje. Vio la escalerita y subió los escalones de a tres. Había una puerta con una placa que decía: "Coronel Martelotte-Interventor".

El pibe golpeó, y su ansiedad no le permitió esperar más. Allí estaba el militar con...Magdalena, quien llevaba consigo una libreta y una lapicera con apuntes. Le entregué su grilla y ni siquiera me miró. Pero el "bepi" había cumplido con su misión.

El pibe siempre supo donde encontrar a Magdalena durante todo 1978, 5 minutos antes de comenzar el noticiero. En esa oficina, subiendo las escaleras que estaban al lado de la sala de maquillaje ¿Te acordás Magdalena?

lunes, 11 de octubre de 2010

CARLIN CALVO ...ASI NO

carlinh
 muerto por el portal PRIMICIAS YA , por mezcla de drogas y alcohol ASI NO

http://yfrog.com/n4sfmp

ttp://yfrog.com/n4sfmp

MARADONA Y EL PAIS POR DOS

REPORTAJE: EL CÓRNER SUDAFRICANO

Si Maradona no existiera, habría que inventarlo

Argentina ha pasado de condenada al ridículo a favorita

JOHN CARLIN - Johanesburgo - 20/06/2010
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Si Argentina llegase a ganar el Mundial, y hay algunos que de manera quizá un poco prematura lo dan casi por hecho, será una victoria para el caos sobre la razón, la inspiración sobre la ciencia. Los defensores de la disciplina militar en el fútbol, cuyo capo di tutti capi es Fabio Capello, habrán sido derrotados por el gran anarcopopulista, Diego Armando Maradona.

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Mientras crucifican a Capello, el técnico argentino parece encajar las piezas
De los equipos importantes que hemos visto hasta la fecha en Sudáfrica, el que más ha convencido es Argentina; el que menos, Inglaterra. Cuando Capello anunció su lista de seleccionados, el mes pasado, hubo quien discrepó con una o dos de sus decisiones, pero nadie dudó de la frialdad de sus procesos mentales. Pero, cuando Maradona reveló que ni Javier Zanetti, ni Esteban Cambiasso ni Gaby Milito (gran amigo de Messi en el Barcelona, cuya presencia, se suponía, le brindaría el calor necesario para rendir a su máximo nivel) entraban en su relación de convocados, el análisis fue más por el lado de la telenovela que por el de la lógica. Como han comentado varios observadores argentinos, la cuestión no es tanto si Zanetti es mejor futbolista que Gabriel Heinze, o si Milito o Cambiasso se merecían jugar en función de sus actuaciones en el campo. Todo tiene que ver con jerarquías internas, lealtades personales, antiguos resentimientos, amores y desamores.
La pauta ya se marcó a principios del mandato maradoniano cuando el centrocampista más creativo de Argentina, Román Riquelme, anunció que, por oscuros motivos del corazón, nunca jugaría bajo el mando del dios argentino.
El protagonista de la telenovela siempre es el propio Maradona, cuyas declaraciones son un festín para la prensa: que Pelé pertenece a un museo o que los franceses son despreciables (sin olvidar las contradicciones a lo largo de dos años respecto a Messi); que si su mejor jugador es la clave del éxito de la patria o si es un pecho frío; que si es un chupón o si está en camino de convertirse en el mejor jugador de todos los tiempos. Y para la historia siempre quedará el famoso "¡que la chupen!" dirigido a la prensa argentina.
La polémica mediática persigue a Maradona en todas las fases de su vida. Capello, en cambio, ha tenido una relación excelente con la prensa británica desde que el país más orgullosamente insular de la tierra (por no decir el más eurófobo, xenófobo, misántropo...) y el que inventó el fútbol decidió por segunda vez nombrar a un extranjero como seleccionador nacional, lo que jamás se le ocurriría a un argentino (o a un brasileño, un alemán, un italiano, un español o un francés). Los ingleses han estado encantados con su sargento italiano, convencidos de que lo único que les hacía falta a sus supuestos cracks para conquistar el mundo era un poco de mano dura. Por eso fue que, cuando John Terry tuvo un muy sonado lío de faldas hace un par de meses, el consenso nacional fue que don Fabio había demostrado una vez más su admirable temple al destituirle de inmediato como capitán.
Con lo cual, llegado el Mundial, una buena parte de los que pretendemos imponer un poco de razón sobre los inescrutables acontecimientos que se observan dentro del campo de juego nos pusimos de acuerdo en que Inglaterra era un serio candidato para alzar la Copa más deseada el 11 de julio en Johanesburgo mientras que la surrealista selección argentina estaba condenada al fracaso, por no decir al ridículo. El sereno y sabio Vicente del Bosque nombró a Inglaterra como el gran rival a vencer.
El balance a los nueve días de haber comenzado el torneo no podría ser más diferente. Inglaterra ha hecho dos partidos lamentables frente a Estados Unidos y Argelia y, ante la dificultad que de repente supone vencer a Eslovenia (país de dos millones de habitantes) el miércoles y pasar a la segunda fase, la prensa ya abona el terreno para un ya antiguo rito inglés, la crucifixión del seleccionador.
Los que dudábamos de la condición divina de Maradona, en cambio, nos estamos viendo obligados a cuestionar nuestro agnosticismo. Ha tenido razón en todo. Lo de Pelé: pues Brasil ha empezado el Mundial jugando fatal, Francia, peor; Heinze: marcó un golazo; la convulsa terapia psicológica que le impuso a Messi: perfectamente afinada para que, llegado el Mundial, estuviera anímicamente en su punto.
Todo puede cambiar en el fútbol de un momento a otro, pero, hoy por hoy, solo cabe decir, honrada y humildemente, que, si el dios argentino no existiera, sería necesario inventarlo.

TRIBUNA: JOHN CARLIN Y CARLOS PIERINI

Maradona como metáfora argentina

¿Hay alguna relación entre el futbolista y el peronismo? Sí, cuando se eligen entrenadores, presidentes o sistemas de características populistas, autoritarias y con pocos pies sobre la tierra, el resultado es el fracaso

JOHN CARLIN Y CARLOS PIERINI 05/10/2010
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Se dice con frecuencia que la solución a los problemas de la África subsahariana es la educación; que los recursos naturales abundan y si solo se pudiera proporcionar un buen nivel educativo a la gente el continente despegaría. No necesariamente. Miren el caso de Argentina. Todos los recursos naturales que quieran, una bajísima densidad de población y, a lo largo de la mayor parte del siglo XX, índices escolares que no han tenido nada que envidiar a Europa occidental. Pero hoy, en un país que hace 100 años era uno de los 10 más ricos del mundo, la tercera parte de los recién nacidos están condenados a crecer en la pobreza, si es que logran crecer. Ocho niños menores de cinco años mueren al día debido a la desnutrición en un país que debería ser, como hace tiempo fue, el granero del mundo. Semejante aberración florece en un contexto político en el que a lo largo de más de medio siglo juntas militares han alternado el poder con Gobiernos populistas, corruptos o incompetentes. El actual Gobierno peronista de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner (como el anterior, de su marido Néstor Kirchner) es más afín al de Hugo Chávez en Venezuela o al de Daniel Ortega en Nicaragua que a los Gobiernos pragmáticos y serios de Brasil, Chile o el vecino Uruguay donde, por cierto, hoy se consume más carne per cápita que en Argentina. ¿Dónde ha quedado la famosa Justicia Social proclamada hasta el cansancio por el peronismo que ha gobernado la mayor parte del período democrático instaurado en 1983? ¿Cuál es el problema?
    Diego Armando Maradona Franco

    Maradona

    A FONDO

    Nacimiento:
    30-10-1960
    Lugar:
    Villa Florito
    Argentina

    Argentina

    A FONDO

    Capital:
    Buenos Aires.
    Gobierno:
    República.
    Población:
    40.482 millones (est. 2008)

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El punto de partida es la negación de la realidad. Este es el terreno en el que opera Maradona
El problema es Diego Maradona. O, para ser más precisos, lo encarna, como símbolo, Maradona, el "Diez", "el Dios Argentino", el ídolo nacional por goleada. La idolatría a los líderes redentores, el culto a la viveza y (su hermano gemelo) el desprecio por la ética del trabajo, el narcisismo, la fe en las soluciones mágicas, el impulso a exculparse achacando los males a otros, el fantochismo son características que no definen a todos los argentinos, pero que Maradona representa en caricatura payasesca y que la mayoría de la población, aquella misma incapaz de perder la fe en el peronismo, aplaude no con risas sino con perversa seriedad. El punto de partida es la negación de la realidad. Este es el terreno en el que opera Maradona y en el que su legión de devotos se adentra -como por ejemplo los 20.000 que fueron al aeropuerto de Ezeiza para darle las gracias tras la desastrosa actuación en el Mundial de Sudáfrica- para adorarle.
Esos mismos que disfrutaban como locos con las grotescas actitudes y dichos del ídolo -"¡que la chupen!"- fueron en manada a vitorearlo al llegar a Buenos Aires después de la goleada de 4-0 que Alemania le propinó, expulsando a su selección del Mundial. Presos de la nostalgia, no olvidan nunca que "ÉL" hizo el famoso gol con la "mano de Dios"; o sea que su mano y la mano de Dios son la misma mano. "EL" es uno con "DIOS". La manada entonces, mientras grita para adentro, "¡Si estamos unidos a Dios Maradona compartiremos toda su gloria!", grita para afuera: Maradooooooona, Maradooooooona. Y no olvidemos el dicho nacional, al mismo tiempo jocoso y lleno de convicción, "¡Dios es argentino!".
Diego Maradona fue un monumental jugador de fútbol. Pero la fama justificada no da títulos, ni derechos, ni conocimientos para opinar con absoluta certeza acerca de casi todo y al mismo tiempo desautorizar a todo aquel que no esté de acuerdo con sus ideas. En Argentina, mientras avergonzaba a algunos, hacía gritar de entusiasmo a muchos más. Creían, orgullosos, que unidos al " ídolo" todo el mundo "se la chupaba". En realidad el que se ha chupado todo, desde alcohol hasta cocaína, ha sido Maradona. Nadie lo acusa ni lo maltrata por su triste enfermedad. Solo se trata de señalar su soberbia desconsiderada, de carácter profundamente narcisista, base de sus penosas afecciones del alma, metáfora de la patología crónica de un país.
Hace 15 días Maradona dio su primera entrevista desde la debacle de Sudáfrica. El ex director técnico de la selección argentina, al que se le oyó diciendo minutos antes de aquel partido que su equipo iba a dar una lección de fútbol a los alemanes, no ofreció ni análisis, ni explicación por la derrota, salvo decir que el portero alemán estuvo "muy seguro" y después del 2-0 "nos vinimos abajo". Con un poco de suerte (la magia de la suerte lo abandonó, ¿el otro Dios estaba en su contra?) el partido se hubiera ganado. Culpa por el desastre no aceptó ninguna.
En cuanto a la victoria argentina 4-1 el mes pasado contra el campeón del mundo, España, bajo el mando de un nuevo seleccionador, confesó que prefirió no ver el partido. Claro. Porque ver aquel partido hubiera significado chocarse con la realidad y arriesgar salir del autoengaño enfermizo que le permitió afirmar en la misma entrevista que -avalado por el ex presidente Néstor Kirchner, que en una reunión la semana pasada le "felicitó" por el Mundial- él seguía siendo el candidato idóneo para dirigir la selección. "Daría la vida", dijo, "daría un brazo" por recuperar el puesto.
El fracaso de Maradona en el Mundial fue el espejo del fracaso de Argentina como país. Por un lado, una falta de rigor y humildad en la planificación; por otro, un derroche de los recursos disponibles. Talento sobraba, salvo que por amiguismo, ceguera, populismo patriotero o sencilla idiotez Maradona decidió no convocar a la mitad de los mejores; no solo no explotó los recursos que tenía, no los quiso ni ver. El nuevo seleccionador, Sergio Batista, puso en el campo contra España a cuatro jugadores básicos que Maradona ni siquiera había convocado para Sudáfrica y lo que se vio fue un equipo sólido que hubiera sabido competir contra Alemania, como contra cualquiera en el Mundial. Es decir, el sentido común existe en Argentina; solo que demasiadas veces, obliterado por la luz maradoniana, brilla por su ausencia.
En el sistema maradoniano solamente brilla la ilusión. Dentro de este sistema de pensamiento las cosas terminan no teniendo ni pies ni cabeza. Resultado: fracaso en la vida y arrastrando en el fracaso, en este caso, a la selección argentina, pero también se puede arrastrar a toda una nación. Recorriendo la historia del siglo XX sabemos la potencia destructiva de la ilusión cuando no es contrabalanceada por la realidad terrenal, nunca tan agradable ella como los espejismos de la ficción.
Cuando llevados por la fantasía se eligen directores técnicos o presidentes o sistemas de características populistas, autoritarios y antidemocráticos, con pocos pies sobre la tierra, el resultado inevitable es el fracaso. Un director técnico que no tiene ni ha tenido capacidad para manejar su vida, que además no es director técnico (por preparación) y por lo tanto al titularse así toma las características de un impostor, tuvo como resultado el descalabro de la selección argentina. Puede ocurrir nuevamente algo similar con la Argentina misma si los directores técnicos, léase la pareja que lleva siete años en el poder, siguen el camino compulsivamente repetitivo de la tergiversación permanente de la realidad. El endiosamiento de seres Ídolos-Dioses a los que no se debe criticar, como a Perón, Evita, Maradona, Cristina Fernández o Néstor Kirchner, intocables seres sin errores, lleva al fracaso reiterativo y doloroso que arrastra a millones de argentinos al sufrimiento. El granero del mundo se va convirtiendo en un país lleno además de granos de pústulas creadas por el sistema: fracaso, pobreza, desnutrición, inseguridad, criminalidad, destrucción de las instituciones, ataque permanente a la prensa opositora, ataque a la ley, destrucción de la educación (eso también) y llegamos entonces a que la fantasía de ser un pueblo "protegido" por los Dioses cae en una triste y ridícula realidad.
Las sociedades propensas a alimentar estas ilusiones, caen en la seducción hipnótica de líderes de estas características. Son sociedades cerradas, como dice Karl Popper, con un fuerte carácter autoritario, convicciones inamovibles y preponderancia al pensamiento mágico. En estos casos el horizonte de expectativas está absolutamente distorsionado por las ilusiones y las consecuencias se traducen en un sinnúmero de fracasos compulsivamente repetitivos. Decía Albert Einstein que la locura era repetir lo mismo una y otra vez, esperando diferentes resultados. Eso es lo que propone Maradona al reafirmar su derecho a dirigir la selección de fútbol. Al apoyar su estrambótica candidatura, los Kirchner, eso sí, están siendo consecuentes. Ellos también piden, pese al fracaso mundialista de su gestión, como el de los regímenes peronistas que los precedieron, que se prolongue su dinastía en las elecciones generales del año que viene. Es probable que lo consigan. Sería la victoria del pensamiento mágico maradoniano, sobre el que el sol de la bandera argentina nunca se pone.
John Carlin, periodista, vivió 10 años en Argentina; Carlos Pierini trabaja como médico psicoanalista en Buenos Aires.

TODOS LOS QUE MATARON A MATIAS

PSICOLOGIA › UN CRIMEN REVELA RESPONSABILIDADES SOCIALES

Todos los que matan a Matías

 Por Andrea Homene *
A Matías Berardi lo asesinaron, el martes de la semana pasada, según dicen hasta el momento los investigadores, los miembros de una familia que lo habían secuestrado para pedir 500 pesos de rescate: atrocidad injustificable que merece la más enérgica condena. Pero no fueron sólo ellos quienes terminaron con la vida de este chico de 16 años. A Matías lo asesinaron los vecinos, que lo vieron correr desesperado pidiendo ayuda pero, como era perseguido por otras personas que gritaban que les había robado (luego se sabría que eran sus secuestradores), no intervinieron para asistirlo.
También lo asesinaron los periodistas que instalan en el imaginario del público la idea de que los jóvenes son los responsables de todos los problemas de inseguridad. El remisero que no dudó en huir cuando vio al joven acercarse a su automóvil con intenciones de abordarlo también lo asesinó.
Lo mataron además quienes vieron cómo Matías era finalmente interceptado por un automóvil, subido a golpes, y no hicieron nada para evitarlo. También lo mató la policía, que alertada “porque un menor intentó asaltar a un remisero y luego fue subido a un auto”, hizo un breve recorrido por el barrio y se retiró. A Matías lo mató la clase media, que construye bunkers rodeados por doble alambrado electrificado para subrayar las diferencias entre un adentro habitado por los buenos ciudadanos y un afuera infectado de “malvivientes”.
Matías murió por ser un adolescente. Cargó, por un instante breve y fatal de su vida, con el estigma que cargan miles de adolescentes como él, que continuamente son agredidos, despreciados, maltratados, humillados, por los buenos ciudadanos que pagan sus impuestos y que reclaman airadamente bajar la edad de imputabilidad, endurecer las condenas (como si ser un adolescente de clase baja sin futuro ni ilusiones no fuera condena suficiente), que no salgan nunca más de la cárcel.
Existe otro Matías. Lo conozco. Está cumpliendo una probation. No vive en un barrio privado, no juega rugby, no asiste a un colegio bilingüe. Es morocho. Todos los días sale a vender productos de limpieza por la calle. Y casi todos los días la policía lo para, lo obliga a ponerse contra la pared, le hace abrir las piernas, someterse a la requisa, abrir su mochila, dejar caer su mercadería, soportar que se la pateen y juntar lo que queda de ella sin decir una sola palabra, porque, al menor atisbo de protesta por el atropello, pueden llevarlo a la comisaría por “resistencia a la autoridad”. Cualquier conflicto le haría perder la probation y podría derivar en su detención. El sabe que no puede reaccionar ante el funcionario policial; no puede defender su derecho a querer darle un curso diferente a su vida, a ganar honestamente el sustento de su familia. Debe callar y juntar del piso su mercadería pisoteada.
Los que creyeron que el otro Matías era un ladrón consideraron justo que fuera perseguido por sus presuntas víctimas y empujado al interior de un auto. A nadie se le ocurrió que, aun cuando hubiera cometido un delito, debía ser protegido de la persecución justiciera. Es más, si hubiera sido un ladrón, y sus víctimas, como ha sucedido, hubieran hecho “justicia” por mano propia, el discurso social ante la muerte del chico hubiera sido muy diferente. Los homicidas hubieran sido considerados casi como héroes. Difícilmente se hubiera establecido su responsabilidad y en el caso de que fueran identificados, un buen abogado habría logrado probar el “estado de emoción violenta” y así la inimputabilidad.
El otro Matías trata de sobrevivir en un medio que le es hostil y, cuando le pregunto qué necesita, contesta: “Una vida nueva”. Con este Matías, intentamos aún reparar todo el daño que se le ha hecho; que pueda algún día ilusionarse, desear, imaginar una vida en la que pueda andar libremente por la calle, trabajar, ir a bailar, sin tener que agachar la cabeza cuando la mirada del otro le dirige desprecio y burla.
* Psicoanalista. Perito psicóloga en una defensoría oficial del conurbano bonaerense.

CARTA ABIERTA A LANATA

miércoles 6 de octubre de 2010

CARTA ABIERTA al Sr. Jorge Lanata

Corrían los años 90 y la malintención menemista empezaba a vislumbrarse con la Ley del Indulto a los genocidas partícipes de la dictadura militar que asoló a la Argentina entre 1976 y 1983.
Ella conocía todos los puntos importantes que debía considerar y por supuesto las críticas, a través de los editoriales y “jugosas” notas de Página/12.
Se indignaba al leer las palabras de ese periodista al que admiraba, y en aquel momento más que nada lo hacía porque él también se indignaba, así lo expresaba y… qué bien lo hacía.
Recortaba prolijamente todos los artículos que podía y los colocaba en una carpeta de esas negras, oficio, como de cartón, que había antes.
Muchas veces pensaba en lo que le generaba admiración hacia él. Era su estilo, lo que decía y cómo lo decía, su valentía, su ironía…
Un día decidió que, aún con el esfuerzo necesario –recuerden que eran las épocas de la flexibilización laboral a la que ella no logró escapar como tantos otros- compraría todos los días “el Página” y los coleccionaría “porque un día servirían, seguramente para dar testimonio del pasado”.
Porque había aprendido que valía la pena saber, aunque duela, aunque cueste.
Porque había aprendido a mirar críticamente las acciones del gobierno, a no creer ciegamente en nada.
Porque había aprendido que los argentinos no habíamos sido tan derechos ni tan humanos como había ella creído.
Se compró el “Nunca Más”. Y un mundo lleno de horror hirió su corazón para siempre pero no se arrepentía porque saber todo lo que había pasado en “los años de plomo” era lo que había que hacer para ser mejores argentinos, para que eso no vuelva a suceder.
Los años pasaron y ella eligió la docencia como carrera profesional. Y la Historia como eje principal de su enseñanza.
La influencia de personas como él fue, sin duda alguna, muy importante.
Enseñó a sus alumnos que “Los que no aprenden de la Historia están condenados a repetirla”.
Mantuvo la memoria en alto, bien en alto y, como un orgullo ella decía que, eso sería asimilado por sus cientos de alumnos.
En un momento dado, allá por el 2003, el periodista aludido publicó “Argentinos” (Tomos I y II) de lectura recomendada para Enseñanza Media y por supuesto, ella los compró. De allí obtendría material para sus clases.
Ya en la contratapa del Primer Tomo se leía:
Entendí que aquella historia que me habían enseñado, era una trampa: si me vendían la pelea como un asunto concluido, nunca me iba a involucrar en ella (…) Si me enseñaban una historia que ya había pasado, ¿con qué datos podría construir el presente?”
Recuerda que como frase inicial en un examen sobre Historia Argentina Contemporánea tomó la frase de Arturo Jauretche que aparece en Carta a los Lectores. Obra en construcción del Tomo I:
Interrogamos al pasado para obtener la respuesta del futuro, no para volver a él en melancólica contemplación o para restaurar formas abolidas, sino para que nos enseñe cuáles son los métodos con que se defrauda el presente e impedirlo.
Y una vez más volvió a pensar: Coherente, preciso y contundente, Jorge Lanata  es uno de esos seres imprescindibles para la Historia de un país (por aquello que decía Bertolt Brecht)
Será por todo esto que he narrado hasta aquí que hoy a esa persona, que soy yo, la invade una sensación de extrañeza y, por sobre todas las cosas, de decepción.
Hoy, cuando tenemos la libertad suficiente para decir a los cuatro vientos que defendemos nuestra memoria por sobre todas las cosas, él ha dicho “Basta”
Hoy, cuando se está en la búsqueda para el efectivo cumplimiento del castigo a los culpables de horror que él mismo ayudó a difundir, dice simplemente “Estoy harto”
Y me pregunto:
¿Lanata harto de la Dictadura?
No, no puede ser.
¿Lanata ingenuo?
No, tampoco.
Entonces ¿qué pasa? ¿qué está pasando?
Lanata dice que no entiende que la repetición de un multimedio como Clarín en sus múltiples brazos, absolutamente las 24 horas del día la misma noticia, tergiversada, maximizada o minimizada según la conveniencia, es repetición “a propósito”.
Lanata dice que repetición  “a propósito” es la de “seissieterrocho” y que además eso es sí es “Goebbels  puro”.
Lanata dice que el multimedios Clarín es “débil” y que la causa Papel Prensa (de la que él mismo habló) ahora es “inventada”.
Lanata ahora habla de “sacar de contexto”.
Lanata es de pronto ingenuo y piensa que Hebe de Bonafini, Madre de Plaza de Mayo, va a “tomar Tribunales”.
Lanata cae de pronto al abismo y dice de otro periodista que “es un viejo acabado” que se pasó “toda la dictadura chupando”… sólo por dar un ejemplo.
Lanata es opositor al Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, al gobierno que deja que libremente él se exprese porque así debe ser… que bajó el cuadro de Videla del pedestal en que estaba, que eleva a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo en cuanta oportunidad  tiene, que se enfrenta al multimedio formador de opinión que él criticaba…
Lanata fue nombrado como uno de los periodistas más valiosos que tiene la oposición por el procesado Mauricio Macri.
No entiendo.
Esto es triste.
Y te digo qué es triste: tener tus libros acá en mi mesa de trabajo  y saber lo que significaron para mí, al igual que tus palabras y reflexiones de tantos años y sentir una notable y terrible decepción. Eso es algo realmente triste.
En fin Jorge… el ejercicio de escribir esto que estoy escribiendo, debe terminar en algún momento y ese momento ha llegado.
Para despedirme de vos y de todo lo que significaste para mí y para tantos otros, ahora que ya te he perdido el respeto, me queda sólo una pregunta para hacerte y es:
Si como vos decís, “Diego Gvirtz lo hace por plata”…  decime Jorge Lanata, ahora que todas las posibles excusas se diluyeron bajo tus propias palabras (las de ahora, claro, no las de antes), ahora que escondiste debajo de la  alfombra todas tus banderas…
Decime: ¿VOS POR QUÉ LO HACÉS?
Pregunta retórica… no hay respuesta.
Entonces me decido, en silencio, cierro los libros… pienso un lugar para ellos que no sea mi biblioteca que es casi sagrada para mí. Y sinceramente no se me ocurre nada.
Pienso en los diarios que todavía tengo guardados… y algo en mi interior me dice:
“Quemá esos diarios”
“Tirá esos recortes”
“Regalá los libros”
Y si podés, pensá que Jorge Lanata ha muerto.
Después de todo, es lo que finalmente ha ocurrido desde que el personaje que inventaste se tragó al que eras o viceversa.
Y mientras eso sucedía, todos nos quedamos mirando, como decía Serrat “chupando un palo, sentados sobre una calabaza”

8 comentarios:

Kelyna dijo...
Querida compa, la verdad que has transmitido con exactitud lo que muchos sentimos al escuchar a Lanata en estos últimos tiempo y en la editorial del día 04/10, realmente me resulta indignante los dichos de alguien que hasta hace poco era considerado un gran periodista y admirado por muchos de nosotros. Yo tampoco se que paso en el medio vaya a saber porque razones ocultas y no tan ocultas ha decidido expresarse de la forma en que lo hace, defendiendo lo indefendible, sin lugar a dudas, acá peso algo mucho mas, que las convicciones que uno puede llegar a tener, si es que el las tuvo en algún momento. Creo que es a todas luces manifiesto de que lado esta el Sr Lanata si se lo puede llamar de esa forma,y si compa mas de uno nos quedamos mirando como dice Serrat en la letra.
ELENA CALVÍN dijo...
ESPECTACULAR GABY!!!! Ya mismo la difundo! La verdad es que tanta pose, tanta tergiversacion tanta mentira, tiene que ser puesta al descubierto. Me inclino a pensar q estos periodistas otrora tan progres, en los 90 hacian una puesta en escena y decian lo que entonces estaba bien visto decir. Hoy hay que ser valiente para enfrentar a las corporaciones economicas que les dan de comer, no es tan facil para estos cobardes semejante hazaña. En el caso de "Sanata" y otros mas, no resisten su propio archivo, desdiciendose y perdiendo la coherencia de su discurso de siempre. Un abrazo Gaby! ELENA
Greta dijo...
¡Buenísimo Gaby, maravilloso! Tu post tiene el sabor de lo escrito desde el corazón, pero utilizando la cabeza. Felicitaciones. Mi pequeño aporte: a Lanata lo descubrí hace bastante, porque yo también lo seguía en radio, en tele, nunca en libros, porque no terminaba de convencerme. Pero un día descubrí que era un vanidoso mal, y creo que esa vanidad es la que hace que todo lo demás se ordene alrededor. En un comentario de Nora Veiras (en 6,7,8) encontré una frase que explica, en parte, lo que le pasa a Lanata: (Como es tan vanidoso), cuando otro que no es él levanta las que fueron sus banderas, éstas dejan de ser importantes. Luego hay otras facetas, más deleznables, pero que también se reordenan pivoteando sobre su vanidad. Una pena. La historia que se construya con los recortes de sus artículos, libros y discursos televisivos va a servir para ponerlo en el peor lugar: el de los que traicionan sus principios. Un abrazo amiga, y ya mismo lo subo a mi muro.
Angeles Martin dijo...
Muy bueno tu post, me encantó, me identifiqué porque he leído los libros de historia, lo he seguido en día D, siempre me pareció valioso. Se piantó mal o siempre fue un oportunista de mala leche. Gracias, lo puenteo en mi blog.
Norberto Baldivia dijo...
Me encantó Gaby. Justamente estaba escrbiendo para mi blog un post que hablaba del finado Lanata. Se ve que a muchos nos dolió la muerte de Jorge
kaid anti.q.carachas@gmail.com dijo...
ah, Lanata, La-nata, La-nota... fundó y/o fundió varias publicaciones. Después se puso en historiador y sacó provecho de lo que pasó hace 34 años. Ahora le dio un ataque de Fukuyama y adhirió al fin de la historia, y por si esto fuera poco se pasó al lado de los hegemónicos. Es como la metamorfosis de Kafka, se convirtió en un bicho irreconocible! Saludos @BuhoSensato Kaid
Romi dijo...
Gaby, No sabía que sos profe de Historia. ¡Qué profesión más apasionante! Fui a ver Deuda al cine y las reflexiones de Jorge siempre me resultaron muy ricas, para mi propio acto de pensar. Tengo por ahí, pendientes de lectura (como tantos otros) sus libros. Creo que, a pesar de todo, algún día los leeré. Permitime decirte algo. Date tiempo, no tires los recortes, tampoco empujes los libros al final de la biblioteca o guardes el material en una caja de cartón. Aprendí en esta vida que cuando uno tira los recuerdos, las cosas relacionadas con alguien que nos decepcionó, nada borra el desazón de sentirse traicionado. Todo eso que atesoraste y usaste en tus clases (me imagino las miles de anécdotas relacionadas) es parte de tu historia como profesora. Imagino una clase en la que se lean pasajes de los libros de Jorge y luego se lea el monólogo donde habla de su hartazgo. Riquísimo debate ético se podría armar ¿no te parece? Por último, me resisto a derrotar a J. Lanata, ¿pedirá disculpas un día? El enojo y el dolor siempre cierran puertas y pone distancias abismales con el otro. No puedo con mi genio, siempre guardo la esperanza de que el que se equivoca pueda pedir perdón. Un abrazo grande Gaby!!! Romi
RuBéN dijo...
Gaby cuando decidí ejercer el periodismo, hubo dos personas que conformaban mi ideal del periodista: Rodolfo Walsh y Jorge Lanata. Tipos que te calentaban la sangre con cada párrafo, porque escribían con la cabeza pero desde las tripas y, además el contexto en que dejé Ingeniería por el periodismo, daba para sentirse parte de una época que cambiaba al ritmo de lo que se escribía. Duele que se exprese -como se expresó- del lado de corporaciones a las que criticó y combatió con la palabra. No comprendo, como vos, como tantos, cómo puede estar harto de solicitar justicia, así parece una imagen como la de esas fotos viejas, que se van poniendo borrosas con el tiempo hasta que no se sabe quién es el de la foto. La verdad, está defraudando el pasado. O, cabe la posibilidad, pecamos al idealizar personas, y no comprendemos que ahora, las circusntancias lo muestren tal como en realidad es. Te dejo un beso Gaby, te sigo leyendo